Agroecología: El discurso hegemónico y sus contradicciones
En los días pasados circuló por redes sociales y otros ámbitos un video filmado a las 10:20 h de la mañana del 6 de enero de 2021 donde se muestra a modo de denuncia pública la pulverización con agroquímicos en un lote de maíz en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa (UNLPam), apelando al alerta de las autoridades municipales y de la Universidad en el contexto de la reciente aprobación de la Ley Provincial de Plaguicidas. Esta denuncia pública se inscribe en la creciente demanda social que aboga por el fin de un modelo de producción industrial basado en insumos externos y con graves consecuencias económicas, ambientales y sociales a la vez que promueve la urgente necesidad de una transición hacia modelos de producción agroecológicos, respetuosos de la biodiversidad y del ambiente, socialmente beneficioso y económicamente justos.
Posteriormente
un medio periodístico local entrevistó a la Vicedecana de la Facultad de
Agronomía quien efectivamente confirmó que fue pulverizado un lote de maíz
transgénico con una mezcla de herbicidas glifosato, 2,4 D y Dicamba para el
control de malezas de hoja ancha y control total.
Asimismo
aclaró que las prácticas llevadas no estarían afectadas por las prohibiciones
de distancias ordenadas en la flamante Ley de Plaguicidas, que las mismas se
enmarcan en protocolos que están elaborados por la institución, y ante las
preguntas del cronista aclaró que en la institución tienen cabida todas las miradas,
que no existen tantos reparos en su cuerpo docente y de investigadores hacia
otras formas de producir existiendo una mirada respetuosa con el ambiente y
aclarando que la agroecología es enmarcada por la institución dentro de las
denominadas Buenas Prácticas Agrícolas y de Manejo (BPA).
La Agroecología NO es una Buena Práctica Agrícola
Entrar en
definiciones y disquisiciones suele ser un gran dolor de cabeza y se entra en
el riesgo de dar aproximaciones incompletas, sesgadas, parciales, que no
terminan de contentar a nadie. A pesar de ello los términos existen y nos
demandan que pensemos en ellos, en su razón de ser, en lo que representan y nos
quieren decir. Existen, no se los puede negar, y tampoco confundir.
Reducir la
Agroecología a una Buena Práctica Agrícola y de Manejo puede, en el mejor de
los casos, ser una obra del desconocimiento, cuanto no una forma de ocultar y
negar que existen otras formas de hacer agricultura a la forma dominante en que
se realiza habitualmente y que se enseña e investiga en las mayoría de las
aulas de las facultades de agronomía del país. Existen tantas formas de
practicar y hacer agriculturas como culturas y subculturas existen en el mundo.
Que no las conozcamos, investiguemos, enseñemos, practiquemos es harina de otro
costal.
La
agroecología es definida por la FAO (Naciones Unidas) como una conjunción de
disciplina científica, prácticas y como movimiento social. No es ninguno de
estos elementos por sí solo aislado, tampoco es la suma de los mismos, y
tampoco son los elementos exclusivos que pueden definirla, ya que en la
agroecología también están sintetizados valores y principios muy fuertes como
pueden ser el respeto a la diversidad biológica y cultural, la producción y
comercio justo, la necesidad de una economía donde quepamos tod@s, entre otras.
La
agroecología es la emergente de la demanda social existente de las últimas 5
décadas que clama por una agricultura que no destruya los equilibrios
ecológicos, que no sea dañina para la salud de las personas, que no produzca,
reproduzca y amplifique las desigualdades sociales, que no nos haga cada vez
más dependientes como sociedad de las divisas, de los insumos, del
petróleo, que no condene el porvenir de la niñez del presente y del futuro. Y
sin recursos económicos ni apoyos oficiales se fue desarrollando y continúa
haciéndolo como alternativa de modelo socio ambiental-productivo y económico al
que domina actualmente.
En cuanto
al concepto de Buenas Prácticas Agrícolas, una de las primeras reflexiones que
nos podemos realizar es entonces por qué surge. ¿Acaso las prácticas
agrícolas no eran buenas hasta ahora entonces? Si se empieza a hablar de las
buenas prácticas es porque cada día tenemos mayores conocimientos y evidencias
imposibles de ocultar de las graves consecuencias que tiene el actual modelo
productivo en todas las facetas posibles: ambientales, sociales, económicas,
productivas, etc. Sin embargo, en tiempos de pandemia es insoslayable no pensar
en términos de salud. Los cientos de grupos y colectivos de madres y pueblos
fumigados existentes en el país no son más que el reflejo de que la actual
forma de producir es incompatible con la vida misma, incluso con la de las
personas.
Las Buenas
Prácticas Agrícolas son un concepto que creó e impuso la industria petro-quimica
y farmacéutica (¿Les resulta familiar la empresa Bayer?) para tratar de mitigar
los efectos negativos que con claridad tiene la forma dominante de producción y
tener una especie de lado ambientalmente responsable que mostrar ante la
sociedad. Dicho concepto fue difundido también por las cámaras expendedoras de
productos químicos para el agro, también permeó en los organismos educativos,
de investigación y también de la administración del estado. A pesar de todo, su
foco está en disminuir los efectos negativos y no evitarlos, cosa que no se
evidencia tampoco en los hechos ni en la realidad de los territorios de todo el
país.
Nadie que
aplique agroquímicos tiene realmente la intención de hacerse mal ni de provocar
el mal en los demás. Pero no se trata de intenciones, se trata de repensar y
recrear nuestra forma de hacer las cosas a la luz de las evidencias o de la
falta de ellas. Todas las personas realizamos actos que pocas veces nos
cuestionamos porque son culturalmente aprendidas así, internalizadas de las
formas que nos fueron enseñadas por una persona, una institución, la televisión
o como sea. Sin embargo hoy nos parecen aberrantes muchas cosas que sucedieron
o estaban naturalizadas en el pasado y no entendemos cómo ni por qué sucedían
así. Y la discusión planteada es en qué momento naturalizamos que la única
forma de producir es y debe ser como la hacemos ahora de manera mayoritaria. ¿Acaso
liberar millones de litros/kg de insecticidas (que mata los insectos),
fungicidas (que mata los hongos), herbicidas (que mata las plantas), en
millones de hectáreas, donde viven millones de personas (y millones de otros
seres vivos) son Buenas Prácticas Agrícolas si las hacemos con un poquito más
de cuidado que hasta ayer?
La falacia de las Buenas Prácticas
Agrícolas
Cualquier
acción que mejore el estado de las cosas y contribuya a ser menos dañino
respecto a una condición anterior es bienvenida. Y más cuando se trata de
liberar biocidas al ambiente en el que vivimos, nos educamos y crecemos. Como
lo mencionamos, aunque necesarias, las buenas intenciones suelen no ser
suficientes para disminuir los daños.
Uno de los
principales objetivos de las denominadas Buenas Prácticas Agrícolas en lo que
respecta a la aplicación de biocidas tiene que ver con tratar de disminuir al mínimo
posible los efectos de la deriva, es decir evitar que lo aplicado sea
transportado por el aire y termine fuera del ser vivo objetivo a eliminar o
controlar. Para lograr tal objetivo una gran cantidad de factores deben ser
controlados y dispuestos para minimizar las derivas. Entre los factores a
controlar en cada una de las pulverizaciones está la puesta a punto y
calibración de los equipos de aplicación y sus componentes, el uso de
coadyudvantes y surfactantes, la definición del tamaño de gota adecuado, y la
ejecución bajo las condiciones ambientales indicadas. Todo esto debería ser
prescrito por un profesional en una receta fitosanitaria donde se dé cuenta de
las cantidades, marcas, formulaciones y principios activos de cada producto. Y
los aplicadores deberían ser gente altamente capacitada por tratarse de
productos con distintos grados de toxicidad y utilizar equipamiento y medidas
de protección adecuadas.
Aunque
idealmente muchas de las condiciones mencionadas sean factibles de cumplir y se
realicen, la mayoría de las personas relacionadas con el quehacer de las
actividades rurales se dará cuenta que la realidad es otra. A modo de ejemplo,
“nadie” ha visto a una especie de astronauta (por el equipamiento de protección
necesario) preparando o manejando el mosquito pulverizador. Asimismo, las
recetas y prescripciones suelen no existir y suele ser letra muerta de las
diapositivas de las capacitaciones o texto muerto de una normativa regulatoria.
En cuanto
a las condiciones ambientales en las que se debería pulverizar minimizando la
deriva y los impacto negativos, la Red de Buenas Prácticas
Agrícolas (2015) que es integrada por diversas instituciones entre ellas la
Facultad de Agronomía de la UNLPam, indican temperaturas inferiores a 25 °C,
humedad relativa mayor al 50 %, aplicar en dirección contraria a zonas
sensibles, velocidades del viento entre 5 y 15 km/h, debiendo siempre
controlarse dichas
condiciones antes y durante la aplicación.
La
dificultad de tener dichas condiciones ambientales genera ventanas de
aplicaciones muy estrechas y difíciles de lograr en la realidad. Si se tiene en
cuenta que la cantidad de equipos de aplicación en una zona son limitados, las
ventanas de aplicación son limitadas, la superficie cultivada es extensa y con
ciclos de cultivos y variedades similares, quien lee se podrá imaginar el
resultado anunciado: las buenas prácticas agrícolas no se cumplen tal como se
dice que se deberían cumplir, siendo sólo eslóganes bonitos y políticamente
correctos de la industria química.
Así la
deriva de productos químicos, y biocidas principalmente, termina afectando
áreas extra lotes de manera segura, dando lugar a los innumerables problemas de
salud de las poblaciones. Esta deriva producida en el momento de aplicación es
conocida como deriva primaria. Sin embargo el Ing. Tomasoni (2013) detalla en
su trabajo que las condiciones climáticas de altas temperaturas y radiación,
cambio en los vientos y otras condiciones ambientales pueden producir
volatilización y evaporación a posteriores de la pulverización (incluso más
allá de las 24 hs) dando lugar a la denominada deriva secundarias y terciarias
que son tan o más importantes que la deriva primaria.
Una muestra puede valer como ejemplo. Efectivamente el lote
pulverizado en la Facultad de Agronomía de la UNLPam se encontraría fuera del
área de prohibición dispuesta en la nueva Ley Provincial de Plaguicidas por
encontrarse a aproximadamente 1500 metros del barrio “Las Artes” de Santa Rosa.
Al momento de la filmación del video las condiciones de temperatura y humedad
se encontrarían aproximadamente dentro de los rangos ambientales descriptos.
Asumiendo que todos los aspectos mencionados como buenas prácticas se
encuentran dentro de las sugerencias realizadas, no existiría problema alguno
desde el punto de vista de las BPA. Sin embargo el viento tenía como dirección
dominante el sur, y la velocidad del viento se encontraba en los 24 km/h entre
las 10 y las 11 de la mañana según los registros de la estación meteorológica
del aeropuerto de Santa Rosa localizado a solo 1700 metros aproximadamente del
lote pulverizado. Tal condición se refleja claramente también en el video,
donde se aprecia con claridad la fortaleza del viento en dicho momento.
Con
velocidades del viento entre el 60 % superiores a los máximos mencionados en
las citas de este texto y un 140 % superiores a las recomendadas en
marbetes comerciales de 2,4 D (NIDERA, S/F), en publicaciones del INTA (S/F) o
en las recomendaciones de la FAO (2002) (Figura 1) y con velocidades del viento
in crecendo, la pulverización no
debió llevarse a cabo o debió suspenderse de manera inmediata a fin de cumplir
las famosas Buenas Prácticas Agrícolas, evitar la deriva y no afectar a seres
vivos no objetivo de la prescripción técnica.
Fig. N° 1: Tabla guía FAO sobre velocidades del viento a tener en cuenta para la aplicación de plaguicidas.
Tal situación ocurrida en el predio de la
Facultad de Agronomía de la UNLPam demuestra que las Buenas Prácticas Agrícolas
son solo buenas intenciones en mano de gente bien intencionada pero que en los
hechos es solo es un argumento de las grandes corporaciones industriales para
perpetuar un modelo productivo que les genera buenos retornos. Dichas BPA son
solo excusas, un lavado de cara que no resuelven los problemas, sino que los
perpetúan y profundizan a la vez que confunden a la población bajo el argumento
de que eso soluciona las cosas. En la práctica son incumplibles y casi imposibles
de controlar.
El Rol de la Universidad
A esta
altura vale la pregunta de cuál es el rol de la Universidad Nacional de La
Pampa y específicamente de la Facultad de Agronomía.
En sus
bases y objetivos el estatuto de la UNLPam establece y se propone…interpretar las necesidades de la sociedad y
dinamizar el cambio en la misma…. Presta particular atención a los problemas regionales y nacionales. …Procura
la formación integral y armónica de sus componentes…;…Forma investigadores
originales, profesionales idóneos y docentes de carrera, socialmente
comprometidos y dispuestos a servir a un modelo de país políticamente libre,
económicamente independiente y socialmente justo. Encauza a los graduados en la
enseñanza y en las tareas de investigación y a través de ellos estrecha su
relación con la sociedad. Y…no se
desentiende de los hechos y procesos sociales…sino que los estudia
científicamente y procura aportar soluciones superadoras.-
Si el estatuto de la UNLPam pregona objetivos loables, ¿Por qué no se
está a la altura de las demandas de los sectores sociales que exigen un cambio
de modelo productivo?
¿Por qué la Facultad de Agronomía no reconoce la agroecología? ¿Por qué
se esfuerzan por asociarla con las Buenas Prácticas Agrícolas? ¿Por qué no se
destina al menos una exigua parte de los recursos a investigación, docencia,
extensión y fomento de la agroecología? ¿Por qué las sucesivas autoridades y
por más de una década han negado a estudiantes, graduados, y a los pocos
docentes que plantean la agroecología la posibilidad de su desarrollo? ¿Por qué
se destina hectáreas y hectáreas a la perpetuación de un modelo basado en
agroquímicos y transgénicos y ni una hectárea a un modelo agroecológico?
Lamentablemente
similares realidades se viven en distintas Facultades de Agronomía del país con
sus más o menos, pero con la clara preponderancia de una educación,
investigación y extensión que siendo pública no están comprometidas con las
demandas de su población y al contrario, sirve a intereses ajenos.
Afortunadamente
los debates que puertas adentro de la Universidad todavía nos queda por
discutir, debatir, pensar, investigar y saldar, por fuera de los muros
académicos tienen una población activa y con conciencia creciente que ya los va
saldando pero que sin duda necesita de sus universidades y centros de
investigación y extensión para posibilitar la transición hacia modelos de
producción y de vida equilibrados y justos.
Referencias
INTA. S/F. Voces y Ecos N° 28. Dossier
Buenas Prácticas Agropecuarias. https://inta.gob.ar/sites/default/files/script-tmp-inta_voces_y_ecos_nro28_dossier_buenas_prcticas_agrop.pdf
Ing. Qco. Marcos Tomasoni. 2013. NO HAY
FUMIGACIÓN CONTROLABLE GENERACIÓN DE DERIVAS DE PLAGUICIDAS. http://www.biodiversidadla.org/content/download/103940/778888/version/1/file/NO+hay+fumigaci%C3%B3n+controlable.+Generaci%C3%B3n+de+derivas+de+plaguicidas.pdf
NIDERA S.A.S/F. Marbete comercial
producto ZAMBA. 2,4 D Amina. http://www.efectozamba.com.ar/pdf/H-2,4D_Amina_Zamba/Marbete_24d_amina.pdf
FAO. 2002. Guías sobre Buenas
Prácticas para la Aplicación Terrestre de Plaguicidas. Organización de las
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Roma. http://www.fao.org/3/Y2767S/Y2767S00.htm
Adhieren
La Hormiga Huerta Agroecológica.
La Milpa Bioinsumos
Revista Tierra Negra
Consultora Agroecológica
Fincas El Paraíso
Desayunador Comunitario Villa Germinal
Chacra agroecológica Kla-Peñi
Biblioteca Popular Jorge Etchenique
Agrupación La Pampa Libre de Agrotóxicos
Vivero Productor Agroecológico Aike
La Pampa por el Ambiente
Colectivo Sanitario La Pampa
Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales
Agrupaciones estudiantiles:
Sumate
Emancipación
Estudiantil
Estimo
CEPA
AlterCultura-General Pico
Huella Verde-Bioinsumos y Asesoramiento Agroecológico
Ají de Monte-Chacra Agroecológica
Excelente artículo, felicitaciones, vale la pena socializarlo para qué se vaya concientizando, del cuento de las Buenas Prácticas es una falacia
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